Política | Ayer

Subordinación diplomática

Milei acepta sin objeciones a Lamelas como embajador y avala injerencia de EE.UU.

Pese a las advertencias sobre una posible intervención política en el país, Javier Milei respalda la designación de Peter Lamelas como embajador estadounidense, en un gesto que consolida su alineamiento irrestricto con Washington y profundiza la cesión de soberanía.

El presidente Javier Milei volvió a demostrar su carácter cipayo y entreguista y en los prespasillos de la Casa Rosada se comenta que pese a haber declarado que viene en plan de virrey más que como diplomático, “Jamoncito” se subordinará a los caprichos yanquis y aceptará a Peter Lamelas como embajador de Estados Unidos en Argentina.

Pese a las críticas del peronismo y los gobernadores, Milei se encuentra ya arrodillado y dispuesto a hacer lo que indica el apellido del diplomático estadounidense, lo que implica convalidar una preocupante injerencia extranjera en los asuntos internos del país, cediendo soberanía con una ligereza alarmante.

Lamelas, aún a la espera de la aprobación del Senado estadounidense, dejó en claro ante esa cámara legislativa que su misión en Argentina será “limitar la influencia maligna de China”, “apoyar a Milei” en las elecciones de medio término y “vigilar” al kirchnerismo.

No se trata de opiniones privadas, sino de un manifiesto político que plantea intervenir en la dinámica interna de una nación soberana. Aun así, desde Casa Rosada minimizaron sus dichos y se mostraron más preocupados por no generar un berrinche del gordo naranja Donald Trump, que por defender los intereses nacionales.

El trasfondo del conflicto no es menor: los cuestionamientos del futuro embajador surgieron días después de la reactivación de las represas santacruceñas, financiadas en parte por capitales chinos. Para Lamelas, esa relación con Beijing representa corrupción y amenaza, y para el Gobierno argentino, al parecer, una molestia diplomática menor frente a los beneficios de estar en la “lista de buenos” de Washington. Que Milei acepte sin reparos la llegada de un diplomático que promete operar políticamente desde la embajada, evidencia una preocupante falta de patriotismo y una vocación entreguista.

Mientras voceros como Manuel Adorni intentan desentenderse argumentando que Lamelas “aún no asumió”, lo cierto es que sus palabras ya trazan un horizonte claro: el de una Argentina vigilada, condicionada y subordinada.

La historia latinoamericana está plagada de ejemplos sobre las consecuencias de este tipo de intervenciones, siendo el más brutal el denominado "Plan Condor", por medio del cual Estados Unidos propició dictaduras militares sangrientas en la región. Que Milei no lo advierta –o peor aún, lo celebre–, es una señal más del alineamiento acrítico y peligroso que el Gobierno adopta ante Estados Unidos, sin medir el costo en términos de soberanía y dignidad nacional.

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