

El presidente Javier Milei inició su regreso a Argentina el viernes 25 de abril de 2025, tras participar en Roma en los funerales del Papa Francisco y mantener un encuentro con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni.
"Javier Milei":
— Tendencias en Argentina (@porqueTTarg) April 26, 2025
Por este abrazo que se dio el Presidente con Giorgia Meloni. pic.twitter.com/NNncH5d9pa
El viaje, que generó críticas por su costo en un contexto de dificultades económicas, incluyó el uso del avión presidencial ARG01, que despegó de Fiumicino a las 20:14 hora local (15:25 hora argentina) con destino a Gran Canaria para una escala técnica, antes de llegar a Buenos Aires, donde se espera que aterrice en Aeroparque cerca de las 5 de la mañana.
En Roma, Milei encabezó la delegación argentina en la ceremonia en honor al Papa Francisco, acompañado por su hermana y secretaria general, Karina Milei. Durante el evento, compartió primera fila con Meloni y el presidente italiano Sergio Mattarella, en un gesto que resaltó la relación con la primera ministra italiana, quien le otorgó la ciudadanía italiana en diciembre pasado. Sin embargo, la cercanía exhibida en un abrazo con Meloni fue vista por algunos como un acto más simbólico que estratégico.
Tras el funeral, Milei sostuvo un almuerzo de trabajo con Meloni para abordar temas de cooperación bilateral, aunque la relevancia de los acuerdos no fue detallada, lo que alimentó cuestionamientos sobre la necesidad del viaje. La comitiva incluyó al jefe de Gabinete, Guillermo Francos; el vocero presidencial, Manuel Adorni; y los ministros Gerardo Werthein (Relaciones Exteriores), Sandra Pettovello (Capital Humano) y Patricia Bullrich (Seguridad Nacional), sumando costos al desplazamiento.
La ceremonia contó con la presencia de líderes internacionales como el rey Felipe VI y la reina Letizia de España, los reyes de Bélgica, los grandes duques de Luxemburgo, el príncipe Guillermo del Reino Unido y el expresidente estadounidense Donald Trump. Mientras Milei busca proyectar una imagen global, las críticas en Argentina se centran en el gasto del viaje en un momento de austeridad económica, lo que pone presión sobre el presidente para justificar los resultados de su agenda internacional.