

El presidente Javier Milei presentó este 28 de julio de 2025 ante la Oficina Anticorrupción su declaración jurada correspondiente al período fiscal 2024, revelando un patrimonio de 206.046.375,48 de pesos.
Javier Milei presentó su declaración jurada de 2024. En el primer año del Gobierno, el presidente incrementó su patrimonio y declaró 80.4 millones de pesos más que en 2023.
— Toni Riccobene (@anriccobene) July 28, 2025
Este monto representa un incremento del 63.9 por ciento respecto del ejercicio anterior, aunque dicho crecimiento se explica casi exclusivamente por la revalorización impositiva de un reducido número de bienes, no por adquisición de nuevos activos.
Milei mantiene apenas una propiedad: un departamento de 100 m² en la Ciudad de Buenos Aires, que pasó de valer 13.6 millones a 38.4 millones de pesos, un aumento del 181 por ciento; y dos vehículos: un Peugeot CRZ Coupé modelo 2013 y una Mercedes Benz Sprinter 2015 que, al igual que el inmueble, fueron revaluados en forma ascendente, sin incorporación de novedades patrimoniales.
Significativamente, no se registran deudas declaradas. Milei cuenta con 20 mil dólares en efectivo y 65.542 de dólares depositados en el país. En pesos, posee dos cuentas de ahorro por 13.1 millones y 7.1 millones, más 680 mil en efectivo.
La documentación sugiere que, más allá del impacto inflacionario registrado en la economía nacional (117.8 por ciento en 2024), el principal motor de este crecimiento patrimonial ha sido puramente contable. El salto, aunque relevante en términos nominales, no responde a una expansión real de activos o diversificación sino a ajustes de valoración sobre bienes preexistentes.
Estos movimientos ocurren en paralelo a investigaciones que avanzan sobre el llamado “caso Libra”, donde se revisa la evolución patrimonial tanto del prescindente como de su hermana.
Las dudas sobre la fuente exacta de los recursos que explican el salto desde unos 21 millones de pesos declarados al inicio de 2023 hasta los 125 millones de pesos al cierre del año electoral aún no han sido respondidas públicamente.
En definitiva, más que una expansión patrimonial real, la declaración evidencia una lógica contable que permite exhibir cifras impresionantes sin mayor correlato con incremento de riqueza tangible. Y en un contexto donde el discurso gubernamental gira en torno al ajuste y la austeridad, las cifras del prescindente y su entorno inmediato plantean preguntas incómodas sobre coherencia y transparencia.
