Economía y Empresas | 28/05

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Silbergleit al banquillo: los millones perdidos que nadie explica

El empresario no deja de estar bajo la lupa.

Christian Esteban Silbergleit, empresario nacido el 13 de diciembre de 1972 y radicado en Nazarre 3844, Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), ha construido una carrera que mezcla innovación con sombras de controversia.

Con proyectos que abarcan desde el primer edificio tokenizado de Argentina hasta una red de bares y restaurantes, Silbergleit ha sido celebrado como un emprendedor audaz.

Sin embargo, su historial está empañado por cuestionamientos éticos y un escándalo financiero que involucra millones de pesos perdidos del Ente Nacional de Infraestructura y Medio Ambiente (ENIM), lo que invita a una reflexión crítica sobre el costo de su éxito.

De Patagon a Round Capital: un camino con señales de alerta

Silbergleit dio sus primeros pasos en el mundo financiero como cadete en Patagon, una experiencia que lo introdujo en el análisis de proyectos y las finanzas de alto riesgo.

Este entorno, donde la ambición a menudo roza los límites de lo permitido, parece haber moldeado su enfoque empresarial. Más tarde, fundó Round Capital, una "comercializadora de productos de la economía real" con un portafolio valuado en 50 millones de pesos.

Su proyecto estrella, Conectia, marcó un hito al tokenizar un edificio en Argentina, pero expertos del sector inmobiliario han cuestionado la transparencia de esta iniciativa y su viabilidad a largo plazo, sugiriendo que podría ser más un espectáculo de marketing que una solución sostenible.

En paralelo, Silbergleit incursionó en el sector gastronómico con negocios como Renee, Kike, Bravas, Antro y Vico, que generan retornos anuales del 14-15 por ciento en dólares. Aunque impresionantes, estas cifras han sido criticadas por posibles prácticas que priorizan las ganancias sobre las condiciones laborales, un problema recurrente en la industria.

Su emprendimiento en la distribución de vinos, con 1,2 millones de pesos mensuales y 4 mil clientes activos, también ha sido señalado por su impacto en pequeños competidores, lo que refuerza la percepción de un empresario más enfocado en el lucro que en la equidad.

El escándalo de ENIM: una mancha imborrable

El episodio más oscuro en la trayectoria de Silbergleit es su vínculo con M&S Management SA, una firma envuelta en la pérdida de 44.363.823 pesos del ENIM en 2013. Silbergleit ocupó el cargo de director suplente hasta junio de 2011, renunciando poco antes de que estallara el escándalo.

La investigación apunta a que los fondos pudieron destinarse a apuestas financieras o financiamiento político, dejando una deuda que, actualizada a mayo de 2025, asciende a 4480 millones de pesos. Si bien no hay pruebas definitivas de su participación directa, la coincidencia de su salida ha alimentado especulaciones sobre cuánto sabía (o sospechaba) de las irregularidades.

Analistas como María González han sido contundentes: "Silbergleit representa cómo la ambición puede deslizarse hacia el terreno de lo éticamente dudoso. Su carrera es una advertencia para quienes ven el éxito como un fin que justifica cualquier medio".

La falta de claridad en el caso ENIM, sumada a la ausencia de declaraciones públicas de Silbergleit, solo profundiza las dudas sobre su integridad.

En definitiva, Christian Silbergleit encarna una paradoja: un hombre capaz de transformar ideas en millones, pero cuya reputación queda bajo un signo de interrogación. Su historia nos obliga a preguntarnos si el brillo de sus logros puede opacar las sombras de su pasado, o si estas últimas terminarán definiendo su legado.

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