Política | Ayer

Del Estado a los amigos

Javier Milei impulsa la privatización de funciones antárticas con Mirgor y abre la puerta a EE.UU.

El presidente Milei permite que la empresa de Nicky Caputo asuma tareas logísticas en la Antártida, generando críticas por ceder soberanía y violar el Tratado Antártico.

El gobierno del presidente Javier Milei, tan fanático de las privatizaciones como de las cadenas nacionales delirantes, ahora se mete con algo que parecía intocable: la soberanía argentina en la Antártida.

Porque mientras la patria se incendia, una empresa de Nicky Caputo, sí, el hermano de la vida de Mauricio Macri, ese que siempre aparece cuando hay plata fácil, empezó a reemplazar al Estado en tareas logísticas y de apoyo en las misiones del Comando Conjunto Antártico.

¿El nombre de la empresa? Mirgor. ¿El objetivo? Meterse en una zona estratégica con la excusa de “ayudar”, cuando en realidad lo que están haciendo es privatizar funciones del Estado y entregarle terreno a los intereses de los Estados Unidos, como si no les alcanzara con fundirnos acá.

La excusa del gobierno es que prestaron un avión, donaron un par de vehículos y que eso “ayuda” a las operaciones. Pero spoiler alert: cuando el Estado empieza a depender de una empresa privada para sostener su presencia en la Antártida, eso no es ayuda: es entrega.

Más todavía cuando esa empresa tiene vínculos con las Fuerzas Armadas, que no están precisamente para garantizar transparencia, sino todo lo contrario: administran sin control público, sin debate parlamentario y sin informes ambientales. Hacen lo que quieren, con quien quieren y por la guita que sea.

Mientras el jefe del Comando Sur yankee, Alvin Holsey, paseaba por Ushuaia y planificaba en conjunto con Defensa nuevas bases logísticas con “proyección antártica”, la Dirección Nacional del Antártico (que depende de la Cancillería) miraba para otro lado, relegada a un rol decorativo.

Esto viola el Tratado Antártico, que prohíbe expresamente cualquier uso militar de la región salvo para ciencia. Pero claro, a este gobierno le chupa un huevo el derecho internacional: si les sirve para meter una bandera libertaria con sponsor, adelante.

Así, Mirgor hace caja, las Fuerzas Armadas avanzan, el Estado desaparece y Milei se saca selfies diciendo que "la casta tiene miedo". Lo que no dice es que los únicos que tiemblan de verdad son los que todavía creen en la soberanía nacional. Porque con este modelo, Argentina no es un país: es un negocio entre amigos.

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