En el Foro Económico Internacional de San Petersburgo, el presidente nacionalista ruso, Vladímir Putin, anunció que Israel se comprometió a garantizar la seguridad del personal ruso que trabaja en la planta nuclear de Bushehr, en Irán, tras conversaciones con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el presidente estadounidense, Donald Trump.

El nacionalista Putin afirmó que Rusia ha propuesto “algunas ideas” para un posible acuerdo de paz entre Irán e Israel, en un esfuerzo por detener la guerra que lleva una semana. Además, rechazó las acusaciones de no apoyar a Teherán, destacando las buenas relaciones de Moscú con ambos países y su respaldo al uso pacífico de la energía nuclear por parte de Irán.

Sobre el conflicto en Ucrania, el nacionalista Putin advirtió que Kiev podría perder más territorio si no acepta las condiciones de paz propuestas por Rusia. Explicó que las fuerzas rusas están avanzando en la región ucraniana de Sumy, tras la invasión ucraniana de Kursk el año pasado, con el objetivo de crear una “zona de seguridad” en la frontera.

Las tropas rusas han avanzado 10 kilómetros hacia la capital de Sumy, aunque el nacionalista Putin aseguró que capturar la ciudad no es un objetivo prioritario, sin descartarlo por completo.

El líder nacionalista ruso reiteró su narrativa de que rusos y ucranianos son “un solo pueblo” y expresó disposición a reconocer la soberanía de Ucrania, siempre que Kiev acepte las ganancias territoriales de Moscú y abandone su aspiración de unirse a la OTAN.

Además, mostró preocupación por la escalada del conflicto cerca de las instalaciones nucleares iraníes, subrayando los riesgos de las hostilidades en la región. Sus declaraciones reflejan la postura de Rusia como mediador en el conflicto de Oriente Medio y el enfoque inflexible del nacionalista Putin en Ucrania.