Alrededor de 60 palestinos murieron y más de 360 resultaron heridos este martes en un nuevo ataque del Ejército israelí cerca de un puesto de distribución de ayuda humanitaria en el centro de Gaza, según informó el Ministerio de Sanidad del enclave, gobernado por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).

La tragedia se suma a una serie de incidentes similares ocurridos en las últimas semanas, que han dejado más de un centenar de muertos en medio de la crisis humanitaria que asola el enclave. De acuerdo con el balance oficial, 224 personas fallecieron y 1.858 resultaron heridas en ataques registrados durante entregas de ayuda tan solo en las últimas dos semanas.

En un comunicado, el Ejército de Israel indicó que no tiene constancia de ningún tiroteo que "cuadre con los vídeos distribuidos por ahora", aunque reconoció que realizó disparos de advertencia durante la madrugada contra "sospechosos" que habrían representado "una amenaza" para las tropas desplegadas en la zona del eje de Netzarim.

Por su parte, Hamás acusó directamente a las fuerzas israelíes de “cometer un nuevo crimen” al “abrir fuego de forma directa contra cientos de ciudadanos que se reunieron en puntos de distribución de ayuda”. Denunció también que se trató de un acto "premeditado" para asesinar civiles indefensos, y reclamó una acción urgente de la comunidad internacional y de Naciones Unidas.

“Esto refleja una intención clara de matar y de perpetuar el hambre como mecanismo de guerra”, expresó el grupo palestino en un comunicado. Además, exigió el cese inmediato de operaciones de la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF), a la que acusa de ser una “trampa mortal”, dado que sus centros de ayuda han sido escenario de repetidas masacres.

El episodio ocurrió apenas un día después de otro ataque en el mismo sector, donde murieron 36 palestinos cuando intentaban recoger alimentos. En ese caso, el Ejército israelí también alegó que realizó disparos tras advertencias en un área considerada “de combate activo”.

Organismos internacionales como Naciones Unidas y diversas ONGs han pedido investigaciones independientes e imparciales, al tiempo que cuestionan el rol de la GHF, apoyada por Israel y Estados Unidos, por incumplir principios de neutralidad y permitir la presencia militar en zonas de asistencia.